Cualquier época del año es buena para visitar Grecia, un país que tiene mucho que ofrecer en cualquier momento. Pero es cierto que cada vez son más los turistas que se decantan por acometer sus viajes a Grecia en la temporada invernal. En efecto, los meses más fríos del año son una buena ocasión para disfrutar de las bondades de este país mediterráneo ya que el clima es benigno y la afluencia de turistas, mucho menor que en los meses del estío.
Es cierto que el país heleno es un lugar que se suele relacionar con el verano, las playas y las casas blancas. En cualquier caso, existen numerosos motivos visitar Grecia en invierno.
Menos gente
Puede ser el principal factor. Obviamente en los meses de verano hay algunos lugares, sobretodo islas y ciertos monumentos, que pueden estar abarrotados de gente y las colas pueden ser kilométricas. Este hecho desaparece en la época que está a punto de arrancar.Viajar en verano a la capital, Atenas o a islas como Santorini o Mykonos implica compartir nuestra experiencia con miles de personas más. Además hay que tener en cuenta que las conexiones por ferry entre las islas del Egeo son exactamente iguales tanto en el mes de agosto como en enero, así que no hay excusas.
Clima
El otro factor más importante. Es cierto que la ubicación de Grecia hace que en los meses del verano puedan resultar ciertamente agobiantes en términos de calor para todo lo que no sea estar tumbado en la playa. Visitar la Acrópolis ateniense, por ejemplo, en un mes de julio se puede hacer complicado cuando el termómetro marca los 40 grados centígrados. Por eso los meses de invierno son excelentes para descubrir la Grecia más cultural. Además hay que tener en cuenta que la localización en mitad del mediterráneo y al sur del continente europeo, hace que las temperaturas casi nunca sean demasiado frías.
Deportes
Cada vez es más popular que los aficionados al senderismo elijan Grecia por la cantidad de recorridos marcados que posee. Lugares como la ruta de los olivos de Portaria o los itinerarios costeros de la isla de Hydra permiten apreciar la geografía griega con unas temperaturas muy agradables. Combinar estos paseos con travesías en burro o en barco, visitando playas y acantilados solitarios paseos en burro o acercamientos a playas y acantilados son una experiencia mucho más gratificante que cuando lo hacemos rodeados de turistas.
Esqui
Ya lo hemos comentado anteriormente en Egrecia. En Grecia es posible esquiar, así que los amantes de los deportes de nieve tienen otro motivo más para decantarse por Grecia en invierno. Los deportes de invierno como el ski o el snowboard son muy populares en estaciones como Parnassos, donde podremos disfrutar de las vistas y las alturas del mítico Monte Olimpo. También en Kalvrita, un lugar donde practicar nuestro deporte favorito y combinarlo con la más exquisita gastronomía o en Vassilitsa, en el corazón de la península griega, rodeado de infinidad de lagos y bosques nevados. Sin duda es uno de los grandes desconocidos turísticos del país y algo que llama mucho la atención a los visitantes.
Cultura y más cultura
Durante las los meses de verano el turismo masivo y su sobreexplotación impide diferenciar entre las atracciones más locales y aquellas ideadas expresamente para los turistas, cosas que un local jamás haría. Viajar en invierno a Grecia implica la posibilidad de descubrir mejor a esos artesanos locales o agricultores tradicionales, charlar con los duelos de las tabernas o interesarse por la jornada de un pescador local. Además el invierno es una época en la que la gastronomía griega cobra otros tintes y aparecen platos de temporada que en verano no se cocinan.
Adios a las colas.
Ahorro de precios
Los precios es otro de los grandes motivos para decidirse a visitar Grecia en invierno. Los hoteles son hasta un 50% más baratos en Atenas y otras ciudades y los descuentos pueden llegar a ser superiores en las principales islas del país. Precios económicos, mayor tranquilidad e intimidad son motivos más que suficientes para apostar por visitar los pueblos medievales como Monemvasia, o complejos como la Acrópolis de Atenas o el Oráculo de Apolo en Delphi. También es una época ideal para conocer bullicio de los cafés de Atenas, los balnearios de Edipsos o la vida nocturna de Tesalónica, famosa por su gran ambiente universitario.
Por todos estos motivos, visitar Grecia en invierno permite ir más allá de las clásicas experiencias veraniegas, muy centradas en el turismo de sol y playa.Grecia, sin ningún género de dudas, posee un fascinante conjunto de lugares culturales, naturales y urbanos cuyos contrastes te empujaran a visitar el paraíso mediterráneo antes del boom vacacional que comienza en los meses de primavera y que a buen seguro no te defraudará.
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