Las almas inquietas ya tienen donde apaciguar sus nervios. Hay un lugar en el mundo que serena ánimos, un oasis donde perderse para no ser encontrado jamás.
Con menos de 650 habitantes, con la hospitalidad como norma y a unas 104 millas del puerto de Pireo, la isla de Folégandros es ese paraíso en el mar Egeo que te queda por descubrir.
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Esta pequeña isla pertenece al complejo insular de las Cícladas. Según la leyenda, debe su nombre al hijo del rey de Creta Minos y su apodo de «isla de la paz» a su ambiente intacto y tranquilo.
La capital de la isla es Chora y reúne todo lo que cautiva nuestra mirada y nuestro corazón: la belleza azul de sus aguas, la arquitectura típica helena con las casas en blanco y azul y vistas fantásticas de la naturaleza.
Sus delicias gastronómicas son verdaderas caricias para el paladar, con platos tan tradicionales como «kalassuna» (tarta de queso con surotó y cebollas), «karpuzenia» (dulce hecho de sandía frita), los «matsata» (fideos hechos a mano con gallo o conejo), «surotó» (queso blanco de cabra), y la bebida «rakómelo» (una especie de orujo con miel).
Además, las noches de tranquilidad de Folégandros están convirtiéndose poco a poco en noches de música, con jóvenes llegados de toda Europa en busca de una movida diferente.
Durante las fiestas de la isla, que se celebran a principios del mes de julio, se concentra un importante grupo de turistas y curiosos.
Uf, a mí me encantaría ir a allá, pero no quiero ir simplemente de vacaciones, quiero vivir ahí cuando termine la universidad, aún falta bastante para eso. Folegandros es justo lo que busco para el lugar en el que vivir.