Grecia, además de las ruinas y un sinfín de bellezas que tiene repartidas a lo largo de sus diferentes regiones, presume de contar con una de las Siete Maravillas de la Antigüedad.
Se trata del templo consagrado a Zeus Olímpico, ubicado en el Santuario de Olimpia.
Fidias fue el encargado de esculpir esta escultura de gran belleza que se levantó en conmemoración de la victoria sobre los persas en la Segunda Guerra Médica.
En las excavaciones arqueológicas efectuadas cerca del templo, los expertos han encontrado el taller del gran artista Fidias además de numerosas herramientas empleadas por el escultor en sus múltiples trabajos.
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La escultura se comenzó a tallar en el año 432 a. C. en lo que actualmente se conoce como Olimpia. Según los escritos hallados, la pieza originalmente tuvo unas proporciones descomunales, con 12 metros de altura.
Esculpido en marfil, el material más valioso y apreciado en aquella época por la sociedad griega, Zeus se representó sentado con una Niké (diosa de la vitoria) con alas en la mano derecha y un gran cetro en su mano izquierda.
Además de marfil, el trono en el que descansaba Zeus estaba rematado en oro y piedras preciosas, lo que demuestra la importancia de esta escultura, en la que por primera vez Fidias daba un aspecto humano al dios Zeus.