Grecia posee numerosas islas, que comparten una serie de especificidades comunes a todas ellas: buen clima, arte, playa, cultura, gastronomía y unas gentes muy acogedoras y hospitalarias con el que está de viaje por Grecia. Pero existen muchas diferencias entre ellas, hoy, desde Eturquía queremos acercaros a tres islas muy especiales:
Delos: es una de las islas que más conectadas está con la cultura y el arte. Se trata del lugar de nacimiento de Apolo, según cuenta la mitología. Delos dispone de algunos de los más extensos restos de la edad de oro helenística de la Grecia clásica . Toda la isla, que está declarada Patrimonio de la Humanidad, está repleta de ruina que han sido descubiertas de forma sistemática desde 1872, entre las que se incluyen templos , estatuas, mosaicos, incluso un teatro. Debido a esa condición no es posible hospedarse en la isla, por lo que los visitantes llegan por barco desde la cercana Mykonos, para emprender excursiones para descubrir su ingente patrimonio cultural y artístico.
Kefalonia: Dicen que el mejor vino de toda Grecia procede de aquí. Su bodega Robola es la responsable de la cogorza del Padre borracho Arsenios en la clásica novela de Louis de Bernières La Mandolina del capitán Corelli. Pero no todo es vino en este lugar, que atesora magníficas playas, con Myrtos entre los mejores entre el conjunto de Grecia.
Koufonissi: está escondida entre las islas Cícladas más grandes de Naxos y Amorgos. Se compone de dos pequeños islotes, Ano Koufonissi, Alta Koufonissi y Kato Koufonissi, Baja Koufonissi, que están separadas por un canal de apenas 200 metros de mar. Mientras Kato Koufonissi permanece deshabitado, Ano Koufonissi, con sus casitas encaladas, tiene una pequeña comunidad de habitantes. Los locales viven principalmente de la pesca, de hecho se dice que hay más barcos que los residentes, no hay caminos y apenas se ven algunos coches, así que en esta isla o se camina o se apuesta por la bicicleta. Antes de 1980 no había electricidad, aunque en la última década que Koufonissi se ha convertido en un escape popular entre los atenienses en busca de unas vacaciones de verano sin pretensiones y de bajo costo y mucho contacto con la naturaleza y la tranquilidad.
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