A la hora de pensar en viajes a Grecia hay que tener en cuenta que existen casi tantas opciones como personas. Si optamos por elegir un viaje por las Islas Griegas, hay varios denominadores comunes, como casas bajas de color blanco nuclear, aguas de azul turquesa, arenas blanca muy fina, espléndidas puestas de sol, una gastronomía de primer nivel e historia, mucha historia, repartida en incontables restos arqueológicos en los casi 5.000 islas e islotes que se reparten por el mar de Grecia.
La isla griega de Skyros es una de las más especiales de toda la geografía helena. Se ubica en la parte occidental del Mar Egeo, en pleno archipiélago de las Islas Espóradas y es, tal vez, la más tranquila de ellas. Se trata de un paraíso de la tranquilidad, un paraíso de paz, donde no hay vida nocturna, ni apenas ruido proveniente de los vehículos a motor, prácticamente inexistentes en este destino. De hecho, la forma predilecta de desplazarse por esta isla es la ecológica, silenciosa y saludable bicicleta.
Es muy recomendable hospedarse en el pueblo principal, donde uno tiene acceso a los principales servicios que un turista puede necesitar, bares, restaurantes, supermercado, farmacia, y sirve de base de operaciones para descubrir los principales tesoros de Skyros, como son sus suculentas playas. Las mejores son Atitsa, Palamari, Gyrismata y Ahrounes.
Llegar a la isla griega de Skyros es muy sencillo por vía aérea, cada día parten aviones de varias compañías desde las dos ciudades más importantes y pobladas del país, Atenas, la gran capital y Tesalónica, la “capital del norte de Grecia”. No se recomienda llegar a Skyros en barco, aunque es posible, ya que la distancia y duración del viaje pueden hacerse poco llevaderas, sobre todo para un viaje turístico.
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