Desde el 1 de enero de 2002 se ha convertido oficialmente en una pieza histórica, en un recuerdo de coleccionista.
Con la entrada del euro como nueva moneda de curso en Grecia, el dracma, su anterior moneda, ha pasado a ser un preciado bien para los numismáticos y amantes de las colecciones y de las rarezas.
Esta moneda de cambio se venía utilizando en el país heleno desde que fue aprobada el 8 de febrero de 1833, es decir, ha permanecido vigente durante la friolera de 169 años.
El dracma se dividía en 100 leptá, algo así como cien céntimos, para los cambios pequeños en las tiendas y las compras de pequeña cuantía.
Su historia es apasionante ya que su denominación proviene de la antigua dracma, una bella moneda de plata usada en la antigua Grecia, también en el imperio romano y en otras muchas regiones de la antigüedad clásica.
Por lo tanto es una referencia al pasado, a las antiguas civilizaciones y a la sabiduría de nuestros antepasados.
Si estás interesado en conseguir alguna de estas monedas para aumentar tu colección o para conservarla dentro de unos años como un raro recuerdo, puedes acercarte en Atenas al mercadillo de Monastiraki donde hay varios puestos de filatelia y numismática.
Los domingos por la mañana es el momento en el que este mercado se llena de antigüedades y objetos de interés, o sea que te recomendamos que te dejes caer por allí al mediodía.
Por suerte no vas a necesitar demasiadas monedas para viajar a Grecia con los precios que tiene una agencia especializada.
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