Es la verdadera puerta de entrada al Peloponeso desde la Grecia continental. Una espectacular construcción, una vía de agua creada por el cerebro humano con la que se evita dar un rodeo superior a los 400 kilómetros. Está claro. Hablamos del grandioso Canal de Corinto.
Este canal mide un total de 6,3 km de largo y se construyó entre 1881 y 1893, bajo la batuta del afamado ingeniero húngaro Esteban Türr.
La fecha exacta de inauguración del canal fue el 9 de noviembre de 1893.
Esta descomunal obra de ingeniería fue una de las grandes atracciones turísticas del lugar durante muchos años.
Realmente en la actualidad sus 23 metros de anchura y sus muros de 8 metros de altura resultan insuficientes para los grandes barcos, tanto trasatlánticos como grandes buques cargueros.
Sin embargo todavía es el camino más corto y seguro para las embarcaciones de menor tamaño y envergadura. De hecho, según las estadísticas oficiales, más de 11.000 barcos cruzan el canal cada año, la mayoría de ellos realizando rutas turísticas.
Si su viaje discurre por este Canal, no se olvide la cámara de fotos en cubierta porque pocas veces tendrá oportunidad de fotografiar otra obra de colosal tamaño y envergadura.
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