Una antigua leyenda griega señala que los dioses distribuyeron el suelo a través de un tamiz y usaron las piedras sobrantes para construir Grecia quedando esas rocas muy diseminadas en medio del mar. Eso explicaría que este país, ubicado a caballo entre Europa, Asia y Europa, tenga una parte continental y hasta 2.000 islas diseminadas por el Mar Mediterráneo. Grecia es un país que rebosa cultura por sus cuatro costados, y no es de extrañar que cada vez más personas elijan los viajes a Grecia para pasar sus vacaciones. No obstante, el país, recibía antes de la pandemia de Covid-19 más de 30 millones de turistas cada año, una cifra a la que espera regresar lo antes posible.
La Acrópolis de Atenas
El primer destino habitual en Grecia es su capital, Atenas y la primera visita obligada en Atenas es la Acrópolis. Este conjunto monumental se alza en una colina unos 150 metros por encima de la ciudad, por que es prácticamente visible desde todos los puntos de la capital y desde ella pueden divisarse unas magníficas vistas en 360 grados de Atenas. Posee algunos de los templos más famosos del país, como el Partenón, el Templo de Atenea Niké o el Erecteion
El Museo de la Acrópolis
Después de visitar la impresionante Acrópolis, es muy recomendable pasarse por el Museo de la Acrópolis, al que conviene dedicarle al menos dos horas. Fue inaugurado en el año 2008, y es un edificio moderno levantado siguiendo los cánones de la arquitectura contemporánea con una estructura de hormigón y cristal, lo que hace que la luz natural penetre en el interior del edificio. Nada de este museo está dejado al azar. De hecho, sus proporciones están basadas en las del Partenón, edificio hacia el que se orienta, para que a través de sus ventanas tengamos en todo momento vistas de la Acrópolis y del Partenón. En este museo se encuentran numerosas esculturas piezas únicas de los edificios de la propia Acrópolis, como son los Propileos, el templo de Atenea Niké, el Erecteion y el Partenón, edificio que tiene una sala dedicada en exclusiva. Otro de sus principales atractivos es la Sala de las Cariátides, las famosas columnas con forma de mujer que sostenían parte del Templo del Erecteion de la Acrópolis de Atenas. Las auténticas se conservan en el Museo. La última planta del edificio tiene las mismas dimensiones que el Partenón y desde la terraza se contempla una de las mejores vistas del edificio más representativo de la arquitectura clásica griega.
Los Monasterios de Meteora
Meteora es un lugar que te traslada automáticamente al terreno onírico de los sueños. Desde la tierra se elevan unas enormes rocas verticales que parecen sacadas de otro planeta. Lo más curioso, más allá de la compleja geología del lugar, es que sobre esta montañas están construidos una serie de monasterios griegos ortodoxos que datan del siglo XIV. Son un lugar de retiro y oración para los monjes ermitaños que, antes de la construcción de estos singulares edificios, habitaban cuevas cercanas. Los monasterios de Meteora han permanecido muy aislados del resto del mundo durante siglos, incluso a día de hoy constituye todo un esfuerzo acceder hasta ellos por empinadas escaleras esculpidas en la roca. En total hay seis monasterios que se pueden visitar. Dos de ellos imprescindibles: el de mayor tamaño o del Gran Meteoro y el Monasterio de Varlaam. Ambos impresionan por sus frescos de las paredes, sus refectorios y la combinación de misticismo y vida de retiro. A solo unos kilómetros se localiza la ciudad de Kalambaka, desde donde se contemplan unas vistas panorámicas de todo el conjunto histórico artístico de Meteora.
El Monte Athos
El Monte Athos es un auténtico Estado autónomo dentro del país griego. Nos explicamos, esta porción de territorio es considerado sagrado. La montaña, que se alza hasta 2.039 metros sobre el nivel del mar y emplazada en un entorno natural de gran belleza, alberga un total de 20 monumentos de distintas ramas de la confesión religiosa ortodoxa: 17 griegos, uno ruso, uno serbio y otro búlgaro. En su interior se guardan importantes reliquias de incalculable valor. Sólo la comunidad religiosa, poco más de un millar de personas, puede establecerse en este lugar. Para el resto existe la posibilidad de realizar una visita al Monte Athos tras obtener un permiso especial. Eso sí, no para las mujeres, que tienen expresamente prohibido el acceso a este lugar. Como curiosidad, cabe señalar que el acceso al Monte Athos no solo está vetado para las mujeres humanas, cualquier animal de género femenino tiene terminantemente prohibido el acceso. Para los de género masculino, ya os avisamos que el mecanismo para la consecución de los permisos es un proceso largo y tedioso y que hay un cupo diario de apenas 120 peregrinos ortodoxos y 10 no ortodoxos. Eso sí, los afortunados que visiten el lugar descubrirán un entorno natural envidiable jalonado en el interior de los monasterios y de las numerosas iglesias, con una colección de arte cristiano de las más importantes de todo el mundo.
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