Un lugar majestuoso, elegante, plagado de paz, serenidad y buenas vibraciones. Un espacio para nada tétrico sino todo lo contrario, casi monumental.
Así es Kerameikos, un barrio ateniense conocido allende los mares por albergar el mayor y más amplio cementerio antiguo de toda Grecia, un camposanto donde descansan la mayor parte de las almas de los primitivos ciudadanos helenos.
Esta necróplis de gran antigüedad se descubrió en 1862 de forma casual, precisamente cuando se iba a iniciar la construcción de una carretera hasta el Pireo.
Así se descubrieron enormes piedras funerarias y, poco después, salieron a la luz grandes bloques enteros de mármol esculpido, verdaderos templetes levantados por los nobles hace muchos siglos.
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En la actualidad todavía se pueden contemplar lápidas muy bien conservadas y algunas construcciones funerarias que no han aguantado de forma tan decorosa el paso de los años.
Al lado de la zona se encuentra el Museo Arqueológico de Kerameikos, un lugar mágico donde se pueden observar de cerca gran parte de los hallazgos más valiosos encontrados durante las excavaciones.
Vasijas, estatuas y todo tipo de elementos funearios empleados por la antigua civilización helena se muestran a las nuevas generaciones como vestigios de un pasado glorioso.
El Kerameiko, que se encuentra situado al final de la calle Ermou, al oeste de la Plaza Monastiraki, se puede visitar de martes a domingo de 8:30 a 15:00 horas. Los lunes el lugar permanece cerrado.